El mundo de la tecnología introdujo en el contexto empresarial el concepto de Redes colaborativas de trabajo; según la definición de Peter Gloor, “son entendidas como equipos de personas automotivadas, con una visión colectiva, habilitados en la web para colaborar en la consecución de un objetivo común a través del intercambio de ideas, información y trabajo”[1]
Este concepto acogido por diferentes sectores, entre ellos, el de la salud, ha despertado un alto interés en médicos y especialistas, que haciendo gala de un modelo de atención centrado en el paciente, encuentran en estas redes la mejor herramienta para buscar el bienestar y manejo integral de éste.
Es indudable que cada vez más nos encontramos con médicos altamente especializados en ciertas áreas, que, aunque quisieran no podrían dar un manejo integral del paciente y que se ven abocados a buscar asesoría o incluso referir con otros colegas, manejos terapéuticos que no son de su competencia.
Así pues, resulta altamente estratégico y coherente desarrollar ejercicios de atención colaborativa, identificando la cadena de servicios que un paciente sigue en la búsqueda de un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado.
Construyendo la Red
El primer paso en este ejercicio, es identificar dentro de la experticia clínica que nos corresponde, cuáles son las áreas que se interconectan para diagnosticar y tratar al paciente. Dicho de otra forma, si tu foco clínico es la fertilidad, es muy probable que tu paciente transite buscando ayuda entre médicos generales, ginecólogos, urólogos, endocrinólogos e internistas.
El punto crítico está en que en medio de esa especialización que hemos mencionado, el paciente puede pasar desapercibido, no por falta de interés de su médico, sino por desconocimiento de la patología o carencia plataformas de soporte adecuadas para su manejo y frecuentemente por falta de tiempo. Todos sabemos que una enfermedad diagnosticada oportunamente, ciertamente tendrá un mejor desenlace médico.
¿Pero cómo llegar a estos médicos? ¿Cómo hacerse visible y relevante para ellos?
A continuación, presentamos 9 estrategias que consideramos pueden ayudarte en la creación y consolidación de tu propia Red de Aliados:
Gracias a la tecnología y a los sistemas de información, hoy no se hace difícil acceder a bases de datos de especialistas, sin embargo, no hay mejor fuente de información que los mismos pacientes, ya que en su amplio recorrido para llegar a ti, seguramente, han conocido médicos que pueden ser parte de esta red y mejor aún, pueden tener lazos estrechos con ellos que te ayudan a llegar con confianza. Además es una gran oportunidad para demostrar en la práctica cual es nuestra capacidad de servicio y atención.
No todos los médicos son aptos para todos los pacientes, ni todos los pacientes son aptos para todos los médicos. Entender que cada institución tiene un nicho de mercado y que simplemente el paciente se acoge a aquel que suple la mayor parte de sus expectativas, es fundamental de cara a no generar celos profesionales con aquellos médicos que ofrecen el mismo servicio. De hecho, la unión de esfuerzos entre competidores puede hacer crecer la demanda de un servicio. Además un fundamental en la medicina como en cualquier otra área, la creación de confianza es imprescindible.
Las redes deben funcionar de manera bidireccional, es decir, es válido que un médico refiera a su paciente con aquel especialista que puede tratar su enfermedad, pero también es cierto, que hay médicos que pueden tratar a su paciente con el apoyo del médico especializado, sin necesidad de entregar totalmente el caso. Los médicos deben hablarse entre sí, para compartir conocimientos, para enseñarse mutuamente. Compartir conocimiento es una manera muy eficiente de afianzar lazos.
La comunicación continua es fundamental de cara al manejo integral del paciente, por eso resulta altamente relevante mantener informado al médico referenciador sobre el manejo que se le ha dado a su paciente y que deberá dársele en el futuro cuando regrese a él. Gracias a la tecnología este ejercicio no debería ser algo difícil de conseguir, existen plataformas que ayudan a la generación de estos informes de manera rápida y segura. Sin embargo cabe anotar que se debe ser flexible y versátil en este aspecto, tratando de identificar el método de comunicación más funcional con cada médico referenciador. Hay que facilitarles su logística y así será más rápido y eficiente el crecimiento.
Cuando una relación suma, cuando aporta al crecimiento profesional y personal, ciertamente será una relación destinada a permanecer en el tiempo. Debemos ser amplios en el conocimiento, debemos ayudar a cerrar las brechas que limitan el diagnóstico de un paciente, a través de programas de formación y desarrollo de experticia médica. Además permitirles conocer el soporte académico, de infraestructura y tecnología detrás del servicio que se ofrece, fortalece la confianza.
Lo que para un especialista puede ser natural y parte de su rutina, para otro puede ser desconocido y complejo, en este sentido, resulta altamente útil diseñar herramientas que faciliten el trabajo de los médicos referenciadores con fórmulas, planes de manejo, entre otros; de tal manera que hacer una evaluación integral no requiera de un esfuerzo adicional. Es fundamental entender que el producto más valioso y escaso para un médico se llama TIEMPO y por ende debemos ponernos en su lugar y entregarle herramientas que le ahorren tiempo, sin sacrificar la calidad de la atención.
Lo mencionamos anteriormente y es la importancia que tiene desarrollar las competencias del médico referenciador para que éste pueda acompañar a su paciente el mayor tiempo posible y si esto le genera ingresos a su práctica pues mucho mejor.
Se trata de ir más allá de la relación profesional, consiste en conocer al otro, sus motivaciones, sus gustos, sus sueños. Se trata de trascender de redes de aliados a redes de amigos, donde el fin mayor es ayudarse el uno al otro y en el centro el paciente. La confianza termina por convertirse en amistad. Cuando esta se logra, es un vínculo extremadamente sólido.
En conclusión, la creación de Redes de Colaboración o Redes de Aliados, más que un fin deben ser un propósito continuo de nuestras organizaciones, visualizada desde todos los escenarios, involucrando a la mayor cantidad de actores posibles, con una única visión colectiva de mejorar la experiencia de nuestros pacientes.
ANA MARÍA MEDINA B.
Directora Comercial
InSer
[1] https://www.elsevier.es/es-revista-revista-calidad-asistencial-256-articulo-las-redes-innovacion-colaborativa