Siempre se ha creído que la concepción de un bebé debe ser un proceso planificado, una decisión que se toma cuando hay estabilidad emocional y económica, sobre la que se tiene control. Y no importa cuánto tiempo se tome la pareja para tomar la decisión, una vez lo hace se convierte en un motivo de ilusión y esperanza.
Sin embargo, en esa búsqueda muchas veces se encuentran diagnósticos inesperados y es allí donde nace la angustia y se crean un sinnúmero de fantasmas, preguntas sin resolver y desinformación que hace que la pareja se estanque; por eso es fundamental alivianar las cargas con un buen diagnóstico y contar con acompañamiento médico y emocional que les permita visualizar con claridad su situación.
La infertilidad es más común de lo que creemos, por esta razón se hace vital dejarse acompañar de profesionales que puedan identificar la causa y ofrecer el tratamiento indicado; y a nivel emocional es muy importante expresar lo que se siente y se piensa, más aún cuando se decide iniciar un tratamiento y la pareja se enfrenta al reto de continuar con su vida y no dejar que el embarazo se vuelva el centro de ésta.
En estos procesos es importante visualizar y aceptar que se tiene una dificultad para concebir, buscar ayuda y procurar que esta vivencia los fortalezca como individuos y como pareja. Es normal sentir tristeza, frustración o angustia, la clave está en aprender a controlar estos sentimientos y en generar mecanismos para superarlos y continuar la búsqueda de una forma más tranquila.
Así mismo, es importante entender que hombres y mujeres asumen la infertilidad de diferente manera y así lo expresan, las mujeres desean hablar constantemente de este proceso y buscar respuestas, mientras que el hombre en su racionalidad se muestra más callado y prefiere evitar el tema y es allí donde en ocasiones se generan conflictos de pareja surgiendo episodios de falta de comunicación, crisis emocionales y desencuentros a nivel sexual, dándose un estado de aislamiento.
Nuestra invitación es que como pareja y como individuos trabajen sobre sus emociones, que busquen ayuda de profesionales expertos en el tratamiento físico y emocional de la infertilidad, pero sobre todo, no permitan que esta condición les robe la magia de su esencia, el amor por el otro y la posibilidad de soñar.
Catalina Díaz Jaramillo
Psicóloga
Grupo inSer