Infertilidad: emociones encontradas para hombres y mujeres
El campo de las emociones es un mundo por explorar en el ser humano. Y aunque siempre se ha dicho que, a la hora de sentir, los hombres y las mujeres parecen de planetas diferentes, en el momento de enfrentar un problema en común es necesario llegar a acuerdos para vivir en armonía un proceso tan doloroso para dos personas que tienen un proyecto de vida en común.
La infertilidad es una novedad que muchas parejas no esperan, y, por ende, es un momento que se vive con muchas preguntas por parte de ambos. Y aunque es normal sentir tristeza ante un diagnóstico inicial de infertilidad, a medida que pasa el tiempo hombre y mujer van mostrando emociones mucho más profundas frente al tema, las mismas que tienden a crear fricciones en la relación por causa de las diferencias que cada uno tiene a la hora de abordar los desafíos que la infertilidad, como cualquier otro reto para el ser humano, implica para dos personas que quieren formar una familia.
Diferencias que marcan
Para la mayoría de las mujeres, recibir un diagnóstico que sugiere dificultades a la hora de tener un bebé se convierte en un tema del que es necesario hablar e informarse. Por eso, muchas optan por conversar con sus familiares, amigos y otras personas cercanas con el fin de desahogar sus emociones y encontrar apoyo ante esa difícil circunstancia. También, es común que la mujer que conoce que tiene problemas para embarazarse se informe por diferentes medios sobre las circunstancias puntuales de su caso, y es ahí donde se refugia en el internet, las redes sociales, los foros y otros medios para conocer casos similares, entender la magnitud del problema y la manera de solucionarlo.
En cambio, el tema de la infertilidad en los hombres se maneja, en la mayoría de los casos, con silencio y mayor recato. Los especialistas en psicología saben que el hombre se muestra más racional, pensativo y distante ante el problema, y que necesita refugiarse en sí mismo para evitar pensar mucho sobre esta situación. Eso no significa que el hombre no sienta tristeza, dolor o ansiedad frente a la idea de no poder tener hijos: simplemente, su manera de reaccionar ante este problema es diferente a los de su pareja, y es así como encuentra recursos para evitar caer en la desesperanza y la depresión ante el escenario de no poder formar una familia.
En esta diferencia de abordar una misma situación es donde comienzan los problemas en una pareja que debe afrontar la infertilidad como parte de su día a día: mientras ellas se quejan de que su compañero parece indiferente ante un problema que es doloroso para ambos, ellos argumentan que sus parejas parecen obsesionadas con el tema de la infertilidad, lo que llega a abrumarlos y a estresarlos en la mayoría de los casos.
Antes de llegar a ese momento de tensión o incluso cuando ya se está viviendo esa etapa, es necesario contar con un acompañamiento psicológico centrado en la infertilidad, porque este choque de emociones puede conducir a problemas muchos más graves dentro de la pareja como peleas, discusiones y otras consecuencias que pueden desestabilizar la relación y desdibujar la lucha que sólo entre ambos pueden dar. Sólo reconociendo las diferencias y llegando a acuerdos de cómo manejar el tema de la infertilidad es que dos personas que desean tener un bebé pueden encontrar la manera de vivir el proceso de una manera más tranquila y saludable para ambos.
Si requieres de una asesoría psicológica profesional para enfrentar tu propio caso de infertilidad, en las sedes de Inser en Bogotá, Medellín, Pereira y Cartagena contamos con el servicio de acompañamiento psicológico para las parejas que consultan con nuestros especialistas en fertilidad humana. Conoce más de este servicio aquí.
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