Aunque no se considera infertilidad, perder los embarazos repetitivamente genera tanta o más frustración aún. Este diagnóstico, conocido como Pérdida Recurrente del Embarazo (PRE), se hace en parejas que han perdido 3 o más embarazos. En estas el riesgo de una nueva pérdida se aumenta considerablemente y se deben tomar medidas para evitar que esto ocurra. La PRE ocurre en aproximadamente el 3% de las parejas. En general estas pérdidas ocurren en la primera mitad del embarazo, antes de las 20 semanas.
3. Inmunológicas. El sistema inmunológico, que normalmente produce proteínas conocidas como anticuerpos, que atacan y destruyan los agentes extraños al organismo como bacterias, hongos y virus, sufre un desbalance y comienza a producir anticuerpos contra los propios componentes del organismo. En algunos casos estos componentes son estructuras conocidas como fosfolípidos, que tienen que ver con la regulación de la coagulación de la sangre. Estos anticuerpos se conocen como anticuerpos antifosfolípidos, entre los cuales los más importantes son los anticuerpos anticardiolipina, el anticoagulante lúpico y la Beta 2 glicoproteína. Su presencia genera un estado de hipercoagulabilidad de la sangre que causa la formación de pequeños trombos en la placenta y la pérdida recurrente del embarazo. Esto se conoce como síndrome antifosfolípido.
4. Endocrinas. Algunas patologías que tienen que ver con la alteración en la producción de hormonas en el organismo, pueden generar pérdidas recurrentes del embarazo. Las que tienen una asociación más clara son los trastornos tiroideos, la diabetes, la alteración en la secreción de prolactina y la disminución en la capacidad del ovario de producir progesterona, en lo que se conoce como deficiencia del cuerpo lúteo.
5. Infecciosas. Algunas infecciones, principalmente virales, pueden llevar a la pérdida aislada de un embarazo. Sin embargo no está comprobado que ninguna de ellas genera pérdidas recurrentes de embarazo.
Muchas otras alteraciones se han correlacionado con la PRE, sin embargo pocas tienen suficiente evidencia médica para soportarlas y solo las mencionadas anteriormente, merecen considerarse dentro del estudio de las parejas que sufren esta condición.
En dicho estudio se deben incluir los siguientes exámenes:
1. Cariotipo: Examen que permite el análisis de los cromosomas (estructuras en el núcleo de la células, en los cuales esta contenido el material genético o DNA) paternos y maternos.
2. Examen en sangre materna para TSH, T4 libre, prolactina, glicemia, HbA1c (hemoglobina glicosilada)
3. Examen en sangre materna para progesterona sérica en la segunda fase del ciclo menstrual, luego de la ovulación o en su defecto una biopsia de endometrio (tejido que recubre la cavidad del útero en su interior, donde se siembran los embriones).
4. Examen en sangre materna para anticuerpos anticardiolipina tipo IgG e IgM, Beta 2 glicoproteina y anticoagulante lúpico.
5. Evaluación de la cavidad uterina mediante histeroscopia (introducción de un lente por vía vaginal a la cavidad del útero), histerosonografía (evaluación mediante ultrasonido transvaginal con la inyección de líquido a la cavidad uterina) o histerosalpingografía (evaluación mediante el uso de Rayos X y la inyección de un medio de contraste a la cavidad uterina.
Luego de un estudio completo en las parejas con PRE se encuentra una causa evidente en el 50% de las parejas. En el 50% restante no se encuentra una causa, en lo que se conoce como PRE idiopática. La mayoría de las causas mencionadas son susceptibles de manejarse con éxito, mediante distintos tipos de tratamientos como la corrección y control de trastornos hormonales, el uso de medicinas para disminuir la tendencia a formar coágulos en la sangre, la corrección quirúrgica de los trastornos uterinos, la suplementación temprana en el embarazo con progesterona exógena y/o el uso de la fertilización in vitro con el análisis genético de los embriones antes de transferirlos al útero. En los casos de PRE idiopática, aunque no se detecte una causa, el pronóstico de estas parejas es muy bueno ya que la evidencia médica ha demostrado que hasta el 80% de ellas logran tener un bebé a término sin ser sometidas a ningún tipo de tratamiento médico.
Como pueden ver la PRE es una condición que genera profundas dificultades emocionales pero que gracias al desarrollo médico científico, hoy en día tiene muchas posibilidades de ser enfrentada con éxito. Estas parejas, aunque se enfrentan a una descomunal sensación de frustración, tienen una excelente posibilidad de ser padres con un adecuado manejo médico.