Nosotros somos una pareja de 44 y 39 años, con serios problemas de infertilidad. Mi marido tuvo una parotiditis que lo dejo infértil a los 15 años, su recuento de espermatozoides era casi nulo y yo no tengo sino un cuarto de ovario y endometriosis. Nosotros ya sabíamos de nuestros problemas de infertilidad desde que nos casamos por lo que cuando tomamos la decisión de tener bebés, buscamos ayuda profesional y nos recomendaron un instituto en Medellín.
Cuando fuimos al instituto, nos recomendaron hacernos el tratamiento por el método ICSI.
Desde el momento que uno decide tener un bebé comienza el proceso de aceptar que uno lo quiere tener pero por métodos naturales no lo puede hacer, entonces es cuando uno empieza a averiguar cómo, a donde, quién es la persona o el instituto a donde uno debe recurrir para buscar ayuda.
Uno empieza a sentir muchos temores, el primero es si uno finalmente va a lograr quedar embarazado, otro es que si se logra entonces el bebe saldrá sano, antes de esto a uno le angustia que los espermatozoides y los óvulos sean los suficientes y además de la calidad que se necesitan. Si el método que uno está usando sea seguro para los embriones, que la manipulada de los mismos no genere ningún riesgo. Otro de los temores es si hay dolor en algún momento del tratamiento, también si uno se va a engordar o si va a tener cambios bruscos en el estado de ánimo.
Después de tomar la decisión de comenzar, empieza uno a tener angustia por que de pronto no se quede en el primer intento, pero a la vez uno está convencido de que el tratamiento va a funcionar y que el embarazo se va a lograr de una, cuando esto no sucede, la tristeza es muy grande y la pareja se tiene que dar apoyo mutuo, porque si no empiezan a haber inculpaciones de uno u otro lado y eso puede crean un conflicto aun mayor.
Después de uno aceptar que este proceso no es fácil hay que tomar la decisión (teniendo en cuenta que sus posibilidades económicas se lo permitan) de intentar cuantas veces sean necesarias, hay que resaltar aquí que el optimismo y la fuerza que nos dio nuestro doctor fueron inmensas, por que el siempre nos dijo: “No se preocupen que de aquí salimos contigo embarazada” y eso es una cosa que a uno nunca se le borra de la mente.
Finalmente yo quedé embarazada en el cuarto o quinto intento y cada experiencia fue diferente, en el primero la ansiedad fue horrible, en los dos siguientes la presión de mi esposo y la familia de él para que estuviera quieta fue terrible y en el ultimo yo estuve muy tranquila y se lo entregue a mi Dios y esa fue la vencida.
De todas maneras en el proceso entre un tratamiento y otro nos dimos cuenta que mis óvulos no tenían la calidad que se necesitaba para que se lograra el embarazo, entonces fue allí a donde el doctor nos planteo la posibilidad de usar óvulos donados y nos explico que estos provenían de mujeres donantes que ya habían sido evaluadas por el instituto y que eran mujeres sanas, por que a uno le da angustia de a donde provengan estos óvulos.
Realmente para mí fue un poquito angustiante el pensar que los bebes no se iban a parecer a mí, que genéticamente no iban a tener nada mío, pero mi marido me dio mucho apoyo en esto y me dijo que esto era un tema entre los dos y que nunca más volviera a pensar en esto que eso era una cosa relevante, que los bebés se habían formado dentro de mi vientre y eran cien por ciento nuestros, hasta el día de hoy esto lo mantenemos entre mi marido, nuestro doctor y yo, y no estamos interesados en que nadie más lo sepa.
Nuestra vida de pareja fue difícil desde el comienzo porque mi marido es un hombre muy emprendedor que todo lo que se propone lo alcanza, entonces el sueño de su vida era tener un hijo y sabiendo su problema de infertilidad, nunca contempló la idea de no poder tenerlo y menos de adoptar.
Cuando el embarazo se logró y supimos que eran trillizos fue la felicidad más grande del mundo y como pareja estuvimos muy unidos, siempre los dos pendientes de que todo fuera los mejor para nuestros bebés, cuando estos ya nacieron la vida de pareja cambió radicalmente porque ya somos muchas personas en la casa, porque nuestra vida funciona alrededor de los bebés, pero como pareja cada día nos fortalecemos más.
Hoy sabemos que nuestros bebés son los seres más maravillosos que hay en este mundo, que son bebés sanos, inteligentes y llenos de amor.
Como consejo les decimos a las parejas que quieran intentar tener bebés por cualquier método que sea el caso, que luchen, que no se den por vencidas, que yo no lo habría logrado si no fuera por la decisión y tenacidad de mi marido y por el optimismo, la calidad humana y el profesionalismo de nuestro doctor y el instituto al que él pertenece. Otro consejo es que las parejas deben estar abiertas a todas las sugerencias que el equipo médico les haga.